Los tiempos de confinamiento se han encargado de darle un respiro al medio ambiente. Las sociedades del mundo dejaron de transportarse y guardaron el auto para comenzar una era de interacción virtual. Ahora que se avanza en la vacunación y que se comienzan a adoptar modelos mixtos de trabajo, en los que se hace uso del home office y trabajo presencial, es importante seguir buscando un impacto ambiental positivo a través del Edge Computing.
La protección del medio ambiente se logrará mejorando la eficiencia del intercambio de datos por Edge Computing. Esta tecnología es un tipo de informática que acerca la computación con el almacenamiento de datos. Este avence se encarga de mejorar los tiempos de respuesta y ahorrar ancho de banda. En la época del home office, es indispensable que las empresas comiencen a utilizar este tipo de soluciones.
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Fue durante 2020 que las emisiones de CO2 se redujeron en 2.4 mil millones de toneladas métricas, gran parte de este avance ambiental sucedió gracias a las bondades del Edge Computing. Entre ellas se encuentra la reducción de desperdicios; al tener sistemas de monitoreo de energía, se ha logrado optimizar el uso de recursos energéticos en casa inteligentes.
Las ciudades también están utilizando el Edge Computing para mejorar los servicios y el bienestar de los ciudadanos. Por ejemplo, la ciudad de Pittsburgh pudo reducir los tiempos de espera en las intersecciones en un 41% y las emisiones en un 21% al implementar una red de semáforos conectados. Este sistema registró el tráfico y adaptó la secuencia para minimizar la congestión en la ciudad de Estados Unidos.
También hay que reconocer que el mejor aliado del Edge Computing es el Internet de las cosas IoT. La interconexión desempeña un papel fundamental para ayudar a las organizaciones a detectar y responder más rápidamente al daño ambiental. Ahora se puede medir, monitorear y almacenar los datos de contaminación del aire por congestión del tráfico, desastres naturales o fallas de infraestructura como fugas.
Imágenes vía Pixabay.
