La diversificación empresarial significa ampliar horizonte de mercados; es expansión, crecimiento, inversión y apertura. Las empresas que le apuestan a ello buscan nuevos nichos o posibilidades comerciales con motivaciones diferentes.
Lo nuevo, lo desconocido, como puede ser el cambio de hábitos de consumo, constituye una oportunidad de diversificación. Eso es lo que ha propiciado el desarrollo de los pagos virtuales en el mundo actual: una diversificacion “concéntrica”, porque incorpora un proceso de traspaso de funciones de comercialización hacia canales digitales.
Es tan relevante lo que pasó durante la pandemia, en que se incrementaron las necesidades de consumo de bajo contacto por vías electrónicas, que la propia evolución de medios de pago hizo que las empresas tuvieran que replantear su propia diversificación y/o cambio de estrategias de organización, procesos, metas, recursos humanos y, por supuesto, ventas.
Esta crisis es una oportunidad
La mayoría de los textos que hablan de diversificación empresarial buscan definir el momento preciso para hacerlo. Justamente los medios de pago electrónicos constituyen una gran oportunidad.
Porque independientemente de ampliar gama de productos y servicios, o de enfrentar de una forma diferente los retos de mercado, el confinamiento social hizo abrir los ojos a millones de empresas en el mundo, que de pronto tuvieron necesidad de seguir llegando a sus clientes aún cuando ya no los tuvieran cerca.
Así como no hay que temer la diversificación hacia mercados que no se conocen, no hay que amedrentarse ante las tecnologías de la llamada “Low Touch Economy”, que podrán hacer la diferencia entre crecer o desaparecer.
La tragedia del Covid-19 dejará cosas buenas, y una de las más importantes es ampliar los horizontes empresariales, justamente. Contra lo que algunos todavía piensan, se virtualizan los pagos, mientras los negocios se hacen más reales, fuertes y presentes. Seguirá siendo así en la era postpandémica y no hay otra opción más que asumirlo.