¿Qué necesitan los negocios y sus clientes para iniciarse en el uso de los pagos digitales? Pregunta recurrente, porque el último año todo ha cambiado por la pandemia del coronavirus, y cada vez son más los empresarios y los consumidores que buscan reducir contacto físico para operaciones de compraventa que hasta hace muy poco se realizaban fundamentalmente con dinero en efectivo, de mano en mano.
Suena obvio, pero vale decir que lo primero que se requiere es precisamente la conciencia de que el mundo evoluciona, y una de las formas es aprendiendo de las grandes crisis. El virus del Covid-19 ha hecho voltear a alternativas de “bajo contacto” para pagar todo lo que requerimos en la vida diaria.
Pero, además, independientemente de la protección sanitaria, la alternativa digital es mucho más rápida -porque todo es online-, eficiente -más fácil que ir al cajero a sacar dinero y luego ir a comprar-, segura -con tecnología cada vez más sofisticada-, y barata.
Lo segundo es bancarizarse. Resulta increíble pero eso que se conoce como “penetración financiera”, que es el número de personas y empresas que tienen por lo menos una cuenta bancaria corriente es todavía muy bajo. En México la bancarización está por debajo del 40%, mientras que países similares como Chile llegan a más del 75%. Es fundamental incrementar este indicador y no hay mejor momento que éste.
Tarjetas, código QR y otras opciones en la economía de bajo contacto
Ya con una cuenta en el banco, las opciones que se abren son muy amplias. Desde hacer operaciones basadas en una tarjeta de crédito o débito, hasta utilizar el celular con códigos QR asociados a productos y precios de venta. En realidad, desde una simple terminal punto de venta en el propio negocio -que aún supone cierto contacto físico, aunque puede mantenerse la distancia- hasta las vinculaciones electrónicas proveedor-negocio-delivery-consumidor, son cosa fácil y simple.
Puede no parecerlo a primera vista, pero es obvio que los procesos para lograr esta “low touch economy” están ya estandarizados y son plenamente accesibles para cualquiera que quiera modernizar ya sea su negocio o sus hábitos de consumo saludable, no necesariamente por lo que compras sino cómo lo compras (o lo vendes).