Algunos restaurantes se han visto en la necesidad de implementar diferentes medidas para continuar operando y así no cerrar sus establecimientos.
La “nueva normalidad” que se está viviendo en estos tiempos, ha llevado a las organizaciones, empresas e instituciones a adoptar nuevas formas de “contacto” con el cliente, para poder realizar los servicios de siempre, pero acatando las reglas de restricción y aislamiento social que se han interpuesto como medida de prevención de riesgos ante la COVID-19.
La industria de alimentos ha entrado en una evolución a pasos agigantados desde que la pandemia comenzó, y es que, si bien es cierto que antes de la pandemia algunas empresas contaban con la opción de entrega a domicilio, aún era una preferencia de muchos ir a consumir a los restaurantes o centros comerciales, que esperar a que los alimentos llegaran a casa.
Hoy en día vemos nuevos términos adoptados por la industria de alimentos como “dark kitchens” (o ghost kitchens) llamadas así a las cocinas que producen alimentos únicamente para la entrega a domicilio,
Con ello se deshacen de las áreas de interacción con el cliente, pueden ser administrados por un restaurante individual o por terceros, ahorrando así en costos de operación de manera significativa.
Un modelo de futuro
El modelo dark kitchens es uno de los más claros ejemplos de la economía de bajo contacto (low touch economy) que se ha venido utilizando en la evolución del comercio post COVID-19, pero no solo los restaurantes han innovado en la entrega de alimentos a domicilio.
En entrevista para Forbes México, grupo Walmart México comentó que sus ventas en línea se han triplicado en lo que va de la pandemia, principalmente para el envío de alimentos y otros artículos de primera necesidad.
Lo cierto es que, con esto los restaurantes del país comienzan a ver una luz al final del túnel que, aún cuando las medidas restrictivas del país cedan, no dejarán de ser utilizadas como una opción más para llegar a todo tipo de clientes.