En México la pandemia provocó que miles de personas perdieran sus trabajos y que al mismo tiempo, cada vez más optaran por trabajar como conductores en plataformas como Didi y Uber.
En Didi el número de conductores se elevó en 51 por ciento y en Uber se habla de una cifra similar. Ante este escenario, no es coincidencia que la propia Organización Internacional de Trabajo (OIT) tenga muy presente los empleos que surgen por las apps de delivery de alimentos y transporte. Sin embargo, los conductores de estas plataformas y las propias empresas han declarado que los esquemas fiscales, entre comisiones, retención de impuestos, ISR y el IVA a plataformas digitales, han ocasionado que ya no tengan los mismos ingresos que antes.
Tan sólo se habla de que los ingresos que actualmente ganan con mucho trabajo a la semana, antes se podían lograr entre 10 y 13 horas, además de que ahora el ISR se les retiene de manera inmediata en las plataformas para enterar ese impuesto al SAT. Estos mismos elementos también impactan directamente en las plataformas de delivery, las cuales han resultado en una opción de ingresos viable para miles de repartidores.
En días de la economía de bajo contacto, donde el trabajo a distancia, el uso de herramientas tecnológicas y la digitalización de la economía son tendencias que llegaron para quedarse, es importante poner atención en no perjudicar con regulaciones y regímenes fiscales excesivos, a miles de familias que necesitan un ingreso para salir adelante. Es un debate que ocurre en varios países y que debe analizarse tomando con un punto de vista fresco y consciente de los cambios por los que millones de personas y organizaciones están atravesando.