La adaptación al trabajo remoto llegó hasta la NASA, y a pesar de lo que implica, la agencia espacial opera el robot Curiosity que se encuentra en Marte.
Lanzado en noviembre de 2011, el Curiosity es uno de los cuatro exploradores que la NASA envió para revelar los secretos de Marte, y aunque este aterrizó en el planeta rojo en agosto de 2012, se prevé que un quinto robot se lance este año.
Si bien el 20 de marzo se planificaron las operaciones del explorador mientras todo el equipo trabajaba de forma remota, dos días después, los comandos que se enviaron a Marte se ejecutaron como se esperaba, logrando que el Curiosity perforara una muestra de roca.
Cabe recalcar que semanas antes de la misión, el equipo comenzó a planificar lo que le gustaría trabajar desde casa debido a la pandemia de Covid-19, por lo que tuvieron que realizar algunas improvisaciones tecnológicas y ajustes logísticos para continuar con su tarea.
Por ejemplo, cambiaron a simples gafas 3D rojo-azul que funcionan bien para planificar impulsiones y movimientos de brazos en lugar de las gafas especializadas en el laboratorio, e incorporaron aplicaciones de videoconferencia y mensajería a la mezcla.
Parece una locura, pero una secuencia de acciones requiere la asistencia de 20 personas a la vez en el desarrollo y prueba de comandos, al tiempo que se mantienen conversaciones con docenas más en el laboratorio. Y con todo y pandemia, el equipo es tan científicamente productivo como siempre.
“Generalmente estamos todos en una habitación, compartiendo pantallas, imágenes y datos”, dijo Alicia Allbaugh, líder del equipo. “La gente habla en grupos pequeños y entre ellos desde el otro lado de la sala”.
Si una agencia espacial como la NASA puede lograr coordinarse para mover un robot que está en otro planeta, cualquier equipo de cualquier empresa puede coordinarse para sacar adelante una tarea.
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