El delivery se ha convertido en una de las características de la nueva normalidad en México y en el mundo. Además de mantenernos seguros en casa durante el confinamiento, este servicio se ha convertido en un verdadero detonante económico. La industria de entrega de alimentos fue la encargada de crear empleos durante una de las crisis más granes de los últimos tiempos.
Según datos del INEGI, fueron 1 millón 629 mil personas las que perdieron su empleo durante la pandemia por covid-19. Ante esta situación, convertirse en repartidor de alimentos por delivery se convirtió en una de las opciones de las familias para generar ingresos. Muestra de este incremento de repartidores lo comparte Alejandro Solís, director de Rappi en México; la plataforma pasó de tener 20 mil repartidores a 50 mil en el lapso de un año.
DiDi, otra de las empresas de delivery en el país, también reportó un crecimiento de 150% durante 2020. También se sabe que los ingresos por repartidor aumentaron en un 50% durante el último año debido a la creciente demanda de entrega de comida a domicilio. 200 mil socios obtienen sus ingresos de esta plataforma, el 20% de ellos son estudiantes.
Rappi, Uber Eats y DiDi Food se encargaron de mantener a flote la industria de los restaurantes en el punto más crítico del confinamiento. Fue gracias a estas plataformas de delivery que los establecimientos pudieron seguir operando y también que las dark kitchens comenzaron a aparecer en el país. Son también las familias que han conseguido autoemplearse el mejor ejemplo del éxito de los servicios de entrega en México.
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