En unos días Rogelio Ramírez de la O será ratificado como secretario de Hacienda y Crédito Público por el Congreso de la Unión. Su primer reto y el que determinará el resto de su gestión, es la presentación del paquete económico para 2022. Un paquete que puede ser diferente porque la promesa de campaña del presidente López Obrador, refrendada en diversas ocasiones, fue no elevar ni introducir nuevos impuestos durante los primeros tres años, periodo que está por concluir.
Los programas sociales, los grandes proyectos de infraestructura y el compromiso de esta administración para no adquirir mayor deuda, presionan la capacidad de recibir recursos por medio de nuevos impuestos, por lo que uno de los objetivos que se han mencionado son las plataformas digitales. Con datos de la Secretaría de Hacienda, de junio de 2020 (cuando entró en vigor la nueva medida de carga impositiva en comercio por internet) a diciembre, los ingresos por este concepto fueron de 6 mil 311 mdp. En el primer semestre de este año se han recaudado 8.7 mil millones de pesos.
En tanto, recientemente se dio a conocer que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) ya tiene 110 plataformas digitales extranjeras inscritas en su padrón de contribuyentes, nueve empresas más que en el bimestre anterior.
Ante este escenario, es importante tener en cuenta que no todas las plataformas son iguales y que cualquier medida fiscal debe estar orientada a no perjudicar plataformas y empresas mexicanas que en general son mucho más pequeñas que los gigantes extranjeros y que actualmente representan ingresos para miles de colaboradores y usuarios.
Recordemos que México apoya la aplicación de un “impuesto mínimo global” que compensaría las estrategias tributarias agresivas de grandes corporativos globales y de acuerdo con expertos en temas fiscales consultados por safeshopping.news, el reto será precisamente estructurar este nuevo impuesto sin impactar negativamente en la economía de mexicanas y mexicanos que actualmente se desempeñan en el comercio digital.
Todo esto tendrá que ser tomando en cuenta por Ramírez de la O; imponer nuevos impuestos a las empresas nacionales puede tener efectos regresivos y beneficiar, contradictoriamente, a las extranjeras, pues la competencia no podría sostener el costo que implica.