En nuestro nuevo contexto digital es importante tener presente que cuando las empresas les pagan con retraso a sus proveedores y colaboradores, en la mayoría de los casos, no es su culpa. Y más importante que nada: que al final siempre les pagan. Recientemente se han registrado fallas en los sistemas de diferentes bancos, los cuales deberían extender más que disculpas a quienes terminan siendo los más afectados.
Hace dos semanas, fallaron las aplicaciones bancarias y páginas web relacionados con el servicio de BBVA, Santander, Scotiabank, Banorte, HSBC, Citibanamex y Spei.
Más tarde supimos que se trató de una falla en el servidor de un proveedor de servicios de nube: Akamai.
Apenas a finales marzo hubo una falla generalizada de las conexiones al Banco se Mexico que también resultó en la desconexión de Banco Azteca, BBVA y Citibanamex.
Estas fallas tecnológicas son comunes y por supuesto generan molestias y problemas a los clientes.
¿Es el costo que tenemos que pagar por las ventajas que nos trae la tecnología?