En safeshopping.news le hemos presentado la manera en la que el delivery ha contribuido a que miles de personas en todo el mundo cuenten con un ingreso flexible y viable, y a que restaurantes y comercios de todos los tamaños continúen creciendo. Vaya, hasta la industria de las motocicletas se ha visto beneficiada por su incremento en ventas, pues el transporte número uno entre los repartidores. Sin embargo, en el gobierno de la Ciudad de Nueva York parece no tener esto claro, pues recientemente se anunció su intervención y una sobrerregulación en este sector.
DoorDash Inc., Grubhub Inc. y la división Uber Eats de Uber Technologies Inc. están demandando a la ciudad de por su ley que limita permanentemente la cantidad de comisiones que las aplicaciones pueden cobrar a los restaurantes por usar sus servicios. Las tres compañías de delivery de alimentos más grandes presentaron la demanda en un tribunal federal de Nueva York el pasado jueves 9 de septiembre por la noche, alegando que el límite de tarifas es perjudicial y constituye una extralimitación del gobierno; “el límite de tarifas les ha costado a las empresas cientos de millones de dólares combinados hasta julio”, afirmaron en la demanda.
Para las empresas, la ley “interfiere con los contratos negociados libremente entre plataformas y restaurantes al cambiar y dictar los términos económicos en los que opera una industria dinámica”. Si bien, la ciudad de Nueva York limitó temporalmente lo que las aplicaciones podrían cobrar a los restaurantes durante la pandemia, esos límites expiraron cuando los casos de COVID-19 disminuyeron a principios de este año, pero algunos legisladores han tratado de extenderlos.
Al hablar sobre estas políticas, es importante tomar en cuenta que las empresas no son el único actor en el ecosistema, están los repartidores y los propios usuarios, quienes también resultan afectados ante cualquier sobrerregulación. En safeshopping.news seguiremos de cerca este tema.
Los más afectados son quienes más requieren de este servicio. Ya vimos lo que sucedió en San Francisco: los topes en comisiones resultaron en zonas enteras que quedaron sin cobertura; precisamente donde están los restaurantes pequeños que no pueden mantener un sistema de reparto a domicilio propio. Son estos negocios y miles de repartidores y sus familias que quedan desplazados. De nueva cuenta, insistimos en que antes de sobrerregular y legislar en temas de la Economía Gig, hay que informarse bien, tomar en cuenta cómo funciona realmente el ecosistema y todos los actores que lo conforman.