En safeshopping.news tomamos en cuenta todos los estudios realizados por la academia y organizaciones respecto a la Economía Gig y sus diferentes industrias. En esta ocasión, investigadores de la Universidad Carnegie Mellon presentaron un estudio que destaca los impactos negativos de Uber y Lyft en materia medio ambiental y económica.
Y es que con la emergencia climática que actualmente vivimos y en el marco de la COP26, estos temas han cobrado mayor relevancia para gobiernos, empresas, ciudadanía, en fin, para todos. De acuerdo con el estudio, los viajes con Uber evitan una cantidad importante de contaminantes que se emiten al encender un vehículo en frío, cuando está operando de modo menos eficiente. Sin embargo, esa ventaja se pierde por la necesidad de los conductores de dar vueltas vacíos a la espera de o yendo a buscar su próximo pasajero, lo que se conoce como tiempo muerto.
Los investigadores estimaron que conducir sin pasajeros lleva a un incremento aproximadamente del 20% en el consumo de combustible y en las emisiones de gas de efecto invernadero comparado con viajes hechos por vehículos personales. Asimismo, el estudio encontró que pasar de un auto individual privado a viajes a demanda, como con Uber o Lyft, incrementa los costos externos de un viaje típico entre un 30 y un 35% en promedio.
Uber y Lyft imaginaban un futuro en el que los algoritmos de software llevarían a cada auto a transportar tres o más pasajeros, reduciendo el tráfico y contribuyendo a las acciones de transporte público. En cambio, los pasajeros en gran medida han rechazado los viajes con otros clientes y los medios de transporte público en favor de viajes privados, lo que lleva a embotellamientos en grandes ciudades.
En tanto, El presidente del Lyft, John Zimmer, sostuvo una vez que la mayoría de los viajes sería en vehículos autónomos para 2021, pero la compañía en gran medida ha dejado de lado sus esfuerzos de coches autoconducidos, incluyendo la venta de su unidad de desarrollo de estos a una subsidiaria de Toyota este año. Uber, que en un tiempo caracterizada los autos robot como “existenciales” para su futuro, vendió su división de vehículos autónomos el año pasado luego de crecientes preocupaciones por seguridad y costos.