En safeshopping.news continuamos dándole puntual seguimiento a la situación de la Ley Rider en España y los efectos desastrosos que ha tenido. Desde ingresos perdidos y falta de flexibilidad, hasta salidas de empresas y total incertidumbre en todo el sector de delivery. Como ya lo hemos mostrado Vozpopuli.com recabó diferentes testimonios de repartidores que han expresado su inconformidad con las nuevas condiciones:
- Uno de ellos explicó que ahora su labor como repartidor se refleja en “un sueldo de 1.180 euros brutos (apenas 1.000 euros netos) a través de una subcontrata o Empresa de Trabajo Temporal, con jornadas de 40 horas a la semana, un solo día de descanso, usando su vehículo personal y con contratos laborales renovables cada quince días”.
- Otro testimonio recabado por el mismo sitio expresa; “Así no veo viable este trabajo, yo antes ganaba más y tenía mucha más flexibilidad de horarios y para elegir los pedidos. Me salía más rentable siendo independiente, ahora prácticamente nos dejan en la calle”.n
De igual manera, Wired, revista mensual estadounidense que existe desde 1993 y portal de tecnología, publicó recientemente un reportaje titulado “España tenía un plan para arreglar la economía Gig. NO FUNCIONÓ”, en el cual precisamente aborda el tema de la Ley Rider con testimonios de repartidores contundentes: - “Ocho horas al día solían ser suficientes. Ahora tengo que trabajar más para ganar la misma cantidad de dinero. “Todo comenzó con la ‘Ley Rider. Ellos [el gobierno español] dijeron que era lo mejor para nosotros, pero sólo ha hecho que nuestros trabajos sean más precarios”. Ahora, el repartidor de nombre Daniel Freitas dice que está luchando para llegar a fin de mes después de pagar el combustible de su motocicleta, un contador, el IVA y las contribuciones al seguro nacional que ascienden a una tasa mensual fija de 289 euros para los autónomos.
Aquí en México, legisladores insisten en reproducir una Ley Rider mexicana sin tomar en cuenta la experiencia de España y la afectación a los repartidores. En este caso son legisladores de Morena y el Partido del Trabajo como los senadores Gilberto Herrera Ruiz, Geovanna del Carmen Bañuelos de la Torre, Alejandra del Carmen León, Cora Cecilia Pineda, Nancy de la Sierra, Joel Padilla Peña y Miguel Ángel Lucero.
La propuesta de los senadores declara que los repartidores no son trabajadores independientes ya que dependen de las plataformas digitales para tener clientes. Sin embargo, existen contradicciones y omisiones a lo largo del texto, pues los legisladores omiten que los repartidores se contratan con diversas plataformas y otros tipos de mensajerías. Incluso directamente con los comercios y restaurantes según les convenga, generando una competencia bastante dinámica de oferta y demanda por sus servicios.
Por otro lado, se está dejando fuera el hecho de que los repartidores cuentan con completa flexibilidad para trabajar de acuerdo con sus necesidades y situaciones y generar ingresos a través de la plataforma. No olvidemos que la misma Organización Internacional del Trabajo, declaró que diferentes plataformas y el comercio digital han permitido generar ingresos a colectivos como las personas con discapacidad, los jóvenes, los trabajadores migrantes y las mujeres. En temas de flexibilidad, ya sabemos que, de acuerdo con el Colmex, en nuestro país el motivo principal por el que se escoge a las plataformas de delivery fue que ofrecen mejores ingresos (51.2%) y, en segundo lugar, por la facilidad para entrar a trabajar (27.1%). Además, para el 47.1% la flexibilidad de tiempo de que disponen es la ventaja más importante.
En México, actores como Zoé Robledo, titular del IMSS, Luisa María Alcalde, Secretaria del Trabajo y Norma Gabriela López Castañeda, Directora de Incorporación y Recaudación del IMSS, previnieron escenarios catastróficos como el de la Ley Rider y optaron por llevar a nuestro país por un camino diferente. Aquí el esquema flexible que han impulsado estas instituciones, a través de acciones como el propio convenio firmado en septiembre entre el IMSS y plataformas digitales como Rappi, Uber, DiDi y Beat, han resultado en un escenario de colaboración en el que, además de reconocer a los repartidores como trabajadores independientes, no se compromete la flexibilidad, ni los ingresos de los repartidores.