Los repartidores mexicanos bautizaron como Ley Sheinbaum el proyecto de ley que el gobierno de la Ciudad de México pretende impulsar para regular el delivery y replicar el desastre de la Ley Rider en España. Sin embargo, la Ley Sheinbaum es el principio de una cruzada contra la innovación y los nuevos modelos de trabajo; los repartidores son sólo la expresión más visible, pero seguirán todos los trabajadores independientes y todo tipo de plataformas.
En todo el mundo, incluido México, estamos viviendo un punto de partida de un nuevo modelo económico y de las primeras expresiones de los nuevos modelos laborales. Vale la pena recordar que tan sólo cuando hablamos de personas que trabajan por su propia cuenta, de acuerdo con el INEGI, en el primer trimestre de 2021 había 2,754,283 trabajadores independientes.
Este número representa apenas el 5.2% de la población ocupada; sin embargo, su crecimiento desde el primer trimestre de 2014 fue del 36%, mucho mayor que el crecimiento del 8% en la población ocupada total durante el mismo periodo.
Es decir, las personas que trabajan por su propia cuenta son el grupo que más rápido está creciendo en la economía mexicana. Estos nuevos modelos han permitido que más personas puedan generar, de manera flexible e independiente, un ingreso que supera el salario mínimo y el de muchos trabajos tradicionales. Poniendo como ejemplo el delivery; el crecimiento del ingreso promedio mensual de los repartidores fue de 117%, mientras que el ingreso promedio mensual del trabajador promedio de la economía mexicana creció sólo el 25% (CIDE, AIMX).
Hoy hay millones de personas de diferentes profesiones que van desde el diseño gráfico, marketing digital, traductores, programadores, repartidores a domicilio, traductores, escritores, paseadores de perros, contadores, conductores, asistentes virtuales, trabajadores domésticos, profesores de idiomas, editores, abogados y doctores, que están encontrando en las plataformas digitales la posibilidad de tener un trabajo con autonomía y flexibilidad, en el que ellos mismos deciden sus horarios, carga laboral y hasta clientes.
Las regulaciones hechas al vapor y que no toman en cuenta la voz de todos los actores del ecosistema, empezando por los propios trabajadores, afectarán a todas estas personas y a todos los que dependemos de sus servicios.
Los nuevos modelos de trabajo llegaron para quedarse y en vez de esforzarnos en regularlos y limitarlos, lo mejor sería encontrar caminos para que continúen creciendo y más personas puedan acceder a un ingreso digno y con un trabajo que se adapte a sus necesidades.
Te puede interesar: Busca llevar la Ley Sheinbaum al Congreso Federal