Desde hace años China ha buscado la forma de soltarse de las ataduras del extranjero en cuanto a dispositivos electrónicos se trata, pues no es un secreto que en gran parte del mundo se consumen productos de origen estadounidense, siendo uno de los mayores referentes tecnológicos. Y aunque su ausencia en muchas naciones sería un caos, a China esto no le preocupa y ha comenzado con su proceso de purga.
El gobierno chino se fijó una meta de aquí a dos años para deshacerse de todas las computadoras usadas en sus instituciones que sean de empresas o marcas extranjeras, sustituyéndolas por equipo creado en China. Además, los sistemas operativos también serán desechados y se optará por el uso de sistemas creados en el gigante nipón.
Se trata de una medida que supone la sustitución de más de 50 millones de equipos de compañías como Dell o HP y darle entrada a empresas locales como Lenovo. Y es que según la agencia Bloomberg, esta depuración comenzará a mediados del mes de mayo.
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China no quiere depender de nadie, mucho menos de Estados Unidos, pues al menos en cuanto al uso de su tecnología se considera cada vez más arriesgada desde el punto de vista geopolítico, ya que el gobierno de Joe Biden podría detener de golpe cualquier tipo de relación con China, lo que dejaría desconectado a la nación asiática
Sin embargo, China no podría ser 100% autónomo, pues aún necesita de piezas y componentes diseñados fuera del país, como los procesadores de Intel y AMD o los módem de Qualcomm, que son vitales para estos dispositivos.