El Instituto Weizmann ha creado los primeros embriones sintéticos de todo el mundo, o sea los primeros humanos que no necesitaron del proceso de “creación” natural que todos conocemos.
La técnica empleada por los científicos de Israel no requirió de óvulos, ni esperma, ni fertilización o si quiera un útero artificial, convirtiéndose en una hazaña científica revolucionaria.
Y es que este grupo de científicos fueron capaces de activar programas genéticos de células madre de un grupo de ratones, los cuales forman estructuras muy similares a los embriones humanos en sus primeras etapas de desarrollo.
Así, aplicando tecnología y el uso de las células, el equipo pudo gestar a sus embriones sintéticos durante 8 días, tardando incluso menos tiempo que la gestación natural de los roedores.
Sin embargo, aunque hubo resultados positivos, es un trabajo en extremo complicado, pues la mayoría de las células madre no lograron formar estructuras similares a las de un embrión.
En concreto, sólo en 0.5% de los embriones artificiales pudieron desarrollar tejidos y órganos. Aunque, por suerte, los embriones eran similares en un 95% a los perfiles genéticos de los “embriones naturales”.
Ahora, lejos de que estamos hablando sobre la creación de seres humanos de manera sintética gracias a la tecnología, esto representa una enorme ventana de oportunidades para la creación de órganos y tejidos.
Y es que las posibilidades de usar este material sintético en el campo de la medicina puede ser un factor clave en el tratamiento de heridas y hasta de trasplantes.
Sin embargo, se requerirá más que un 0.5% para que hablemos de un uso total y sobre todo, de tener humanos creados sintéticamente deambulando entre nosotros.
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