Marte siempre ha sido objeto de misterio para la humanidad, pues se teoriza la existencia de vida alienígena sobre su superficie. Y aunque los viajes al vecino rojo no ocurrían pronto, una nueva teoría podría tumbar toda creencia de que alguna vez existió vida sobre su superficie.
Es importante aclarar que las teorías de los científicos a lo largo de los años suponen la presencia de seres microscópicos como bacterias u otros organismos diminutos gracias a la presencia del Metano en el planeta rojo.
El metano es una molécula orgánica, que puede aparecer tanto a través de procesos bióticos (relacionados con la vida) como abióticos (los no relacionados con la vida, como los geológicos). La detección de este gas en Marte ha sido irregular y esporádica, concentrada en regiones e intervalos temporales concretos.
Sin embargo, debido a sus gigantes tormentas de arena y su seco ambiente, se cree que Marte no tuvo el suficiente tiempo para conseguir el desarrollo de vida óptimo sobre su superficie, ya que al parecer lleva muchos años completamente seco, haciendo casi imposible que cualquier ser vivo se mantenga estable.
Es indudable que existen indicios compatibles con la vida presente o, más probablemente, pasada. Pero están lejos de ser pruebas de la existencia de vida marciana. El famoso concepto de la navaja de Ockham afirma que la explicación más sencilla tiende a ser la correcta.
Ahora mismo, los mundos oceánicos como Encélado o Europa, e incluso Céres, son quizá los candidatos predilectos para encontrar vida en nuestro entorno.
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