El cubesat PlatziSat-1, desarrollado por la plataforma de educación Platzi en colaboración con FOSSA Systems, ha sido lanzado con éxito al espacio a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX.
El lanzamiento tuvo lugar el 12 de junio desde la base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California, como parte de la misión Transporter-8, que llevaba diversas cargas útiles al espacio.
Platzi ha creado su propio programa espacial en asociación con FOSSA Systems, con el objetivo de capacitar a estudiantes en la construcción de hardware y software para satélites.
También se desarrollaron cursos en colaboración con profesionales de tecnología, astronomía y física para preparar a los alumnos en el uso y comunicación con el PlatziSat-1.
El PlatziSat-1 es un satélite pequeño, con un peso inferior a un kilogramo y un tamaño similar al de un cubo de Rubik.
Está diseñado para operar en una órbita polar a unos 500 kilómetros de altura, lo que le proporciona cobertura global completa y observación sistemática de diferentes regiones del mundo. Esta órbita equitativa y equilibrada permite obtener datos valiosos de diversas zonas geográficas.
Se espera que el PlatziSat-1 permanezca en órbita durante aproximadamente dos años, tras los cuales se quemará en la atmósfera sin generar basura espacial.
Platzi en el espacio
Durante su tiempo activo, completará una órbita alrededor de la Tierra cada 10 horas, lo que permitirá a los estudiantes comunicarse con el satélite utilizando antenas caseras construidas con la ayuda de los cursos de Platzi.
El satélite transmite tres tipos de datos: telemetría, que incluye información sobre el estado de los paneles solares, carga de la batería, acelerómetro, posición GPS y sensor de temperatura interno; imágenes capturadas por una cámara que utiliza un algoritmo para enviar píxeles aleatorios debido a las limitaciones de transmisión de datos; y mensajes recibidos desde la Tierra, que se almacenan en un buffer para su reproducción.
La misión Transporter-8 de SpaceX utilizó la primera etapa de un cohete Falcon 9 (B1071-9), el cual ha volado en nueve ocasiones y marca el aterrizaje exitoso número 126 de una primera etapa recuperada.
Estas misiones de transporte compartido ofrecen una opción más accesible para el lanzamiento al permitir que múltiples clientes compartan el espacio de carga útil en órbitas populares.
El logro de lanzar el primer satélite construido por una startup de tecnología de América Latina es un hito significativo para la región y abre nuevas oportunidades en el campo espacial.
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