La Unión Europea ha aprobado nuevas normas para el diseño, producción y gestión de las baterías vendidas dentro de la región, lo que podría llevar al regreso de smartphones con pilas extraíbles.
Según el comunicado, las baterías de los smartphones deben ser fáciles de retirar y reemplazar por los usuarios, lo que implica que los dispositivos podrían contar con tapas traseras desmontables.
Se espera que tres años y medio después de la entrada en vigor de la legislación, las baterías portátiles cuenten con un diseño que permita su extracción y sustitución fácil.
Además, se requerirá que las baterías lleven etiquetas y códigos QR que proporcionen información sobre capacidad, rendimiento, durabilidad y composición química, con el objetivo de informar a los consumidores.
La legislación también establece metas para la recolección y el uso de desechos.
Se espera que para 2023 se recoja el 45% de los desechos de baterías portátiles, y se establecen metas más altas para los años posteriores.
También se establecen objetivos para la recuperación de materiales, como el litio, el cobalto, el cobre, el plomo y el níquel.
La propuesta de regulación se presentó originalmente en diciembre de 2020 con el objetivo de fortalecer el mercado interior, promover la economía circular y reducir el impacto ambiental y social a lo largo de todas las etapas del ciclo de vida de las baterías.
La reglamentación también busca fomentar una industria de reciclaje más fuerte en la Unión Europea, especialmente en lo que respecta al litio.
Después de la votación, el siguiente paso es que el Consejo apruebe formalmente el texto, que luego se publicará en el Diario Oficial de la Unión Europea para que entre en vigor.
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