Investigadores de la Universidad de Purdue han desarrollado la pintura más blanca del mundo, que tiene como objetivo ayudar a combatir el calentamiento global y reducir la necesidad de aires acondicionados.
Jeremy Munday, profesor de ingeniería eléctrica e informática en la Universidad de California, ha afirmado que si se cubriera entre el 1 y 2% de la superficie de la Tierra con esta pintura, se podría reflejar suficiente luz al espacio para estabilizar las temperaturas globales.
Munday señala que la cantidad de luz reflejada no dañaría significativamente el cosmos y compara la cantidad de luz con “vaciar una taza de agua normal en el océano”.
Sin embargo, el profesor advierte que cubrir grandes extensiones de tierra, como el Sahara, no sería práctico ni recomendable debido a preocupaciones ambientales y posibles alteraciones climáticas locales.
En lugar de eso, la expansión de puntos de enfriamiento localizados en áreas urbanas podría compensar el efecto de isla de calor urbano y tener beneficios tanto a nivel local como global. Sin embargo, aún existen preocupaciones sobre el impacto ambiental de la producción de la pintura, ya que se utiliza sulfato de bario, aunque el creador de la pintura argumenta que la huella de carbono es similar a la de otras pinturas comerciales que utilizan dióxido de titanio.
Munday enfatiza que este enfoque de enfriamiento a gran escala sería una medida temporal y no debe distraer de abordar el problema principal del cambio climático, que es la quema de combustibles fósiles.
La geoingeniería, como la pintura blanca, ha sido objeto de críticas debido a la preocupación de que pueda desviar la atención de abordar las causas fundamentales del calentamiento global.
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