La Armada de los Estados Unidos cuenta con barcos avanzados como el USS Gerald R. Ford y el USS Zumwalt, que destacan por su tecnología y capacidad militar. Sin embargo, también tienen activos militares que se dedican al transporte rápido y seguro de elementos importantes entre puntos estratégicos.
El Comando de Transporte Marítimo Militar (MSC) es el encargado de llevar a cabo esta tarea desde 1970, y se espera que en los próximos años experimente una transformación significativa.
Su misión es brindar servicios de transporte marítimo a todas las ramas de las Fuerzas Armadas, y se vislumbra la posibilidad de que esta función pueda realizarse con un mínimo de marineros, lo que sería una característica estratégica valiosa.
Para lograr este objetivo, el MSC está enfocándose en la incorporación de barcos autónomos a su flota.
Hasta febrero de este año, el MSC operaba barcos de clase Spearhead para el transporte marítimo rápido. Estos barcos tienen una longitud de 103 metros y pueden transportar hasta 600 toneladas o 312 soldados, propulsados por motores diésel y capaces de alcanzar una velocidad de 43 nudos.
Los barcos de clase Spearhead también cuentan con capacidad para aterrizar helicópteros y respuesta armada con ametralladoras M2 calibre 50. Sin embargo, la principal desventaja es que requieren marineros para operar, lo que aumenta el riesgo de bajas en caso de un ataque enemigo.
Para superar esta limitación, el MSC está probando el USNS Apalachicola, un prototipo de barco de clase Spearhead con capacidades autónomas. El navío puede operar de forma completamente autónoma y moverse sin intervención humana, lo que permitiría realizar misiones no tripuladas de manera eficiente.
El desarrollo del USNS Apalachicola comenzó en 2019, cuando la Marina otorgó un contrato a Austal USA para construir los EPF-13 y EPF-14 con características mejoradas. Austal se asoció con L3Harris y General Dynamics Mission Systems para agregar sistemas de control autónomos y de mantenimiento y diagnóstico automatizados.
Según el contratista, el EPF-13 puede operar hasta 30 días sin intervención humana, lo que abre oportunidades para misiones no tripuladas en diversas operaciones. Sin embargo, no está del todo claro si el barco requerirá una tripulación mínima para tareas adyacentes al control de navegación.
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