La proliferación de modelos de IA generativa, como ChatGPT, está planteando desafíos a profesiones artísticas. Jane Friedman, una autora experimentada, descubrió que varios libros en Amazon, aparentemente escritos por ella, en realidad habían sido generados por IA.
Aunque Friedman está acostumbrada a problemas en plataformas como Amazon, le preocupó que su nombre estuviera asociado con estos “libros basura” escritos por IA.
La suplantación artística es el problema principal. Alguien utiliza su nombre para engañar a los compradores, creando la impresión de que son sus obras. Aunque lectores críticos podrían discernir la diferencia, la situación inquieta a Friedman. Afirmó que preferiría que sus libros fueran pirateados antes que esta suplantación.
Aunque los libros falsos no aparecen en su perfil de autor en Amazon, sí estaban en Goodreads. La tarea de controlar su perfil resulta compleja. Otros autores también han experimentado problemas similares, debiendo informar de la inclusión de libros generados por IA en sus perfiles.
Amazon dificulta la denuncia de estos casos.
Los autores deben completar un formulario que exige números de registro de marca. Al no tener uno, Amazon rechazó su solicitud para eliminar los libros fraudulentos de la tienda.
El caso se volvió viral y Amazon finalmente eliminó los títulos falsos. Aunque la calidad de los libros generados por IA no preocupa a Friedman, sí destaca que perjudican la reputación. La portavoz de Amazon, Ashley Vanicek, indicó que trabajan para resolver problemas y proteger a autores y clientes.
Este incidente llevó a Friedman a considerar registrar su nombre como marca, lo que facilitaría abordar futuros problemas. En definitiva, la proliferación de obras generadas por IA está afectando a las industrias artísticas, planteando desafíos en cuanto a suplantación y reputación en plataformas como Amazon.
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