El 9 de agosto de 1976, la Unión Soviética lanzó con éxito la sonda robótica Luna 24 al espacio. Sin embargo, 47 años después, la agencia espacial rusa, Roscosmos, intentó revivir la gloria lunar con la misión Luna 25, pero lamentablemente terminó en fracaso.
La misión Luna 25 sufrió un contratiempo crítico cuando perdió contacto con la nave a las 11:57 GMT del sábado, poco antes de su aterrizaje previsto para el lunes.
Roscosmos declaró oficialmente que “el aparato se desplazó a una órbita impredecible y dejó de existir como resultado de una colisión con la superficie de la Luna”. Este incidente destaca el declive del papel de Rusia en la carrera espacial.
Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética fue pionera en el espacio, lanzando el primer satélite, el Sputnik 1, en 1957, y enviando al primer ser humano al espacio, Yuri Gagarin, en 1961.
Sin embargo, este reciente fracaso se produce en un momento delicado para la economía rusa, afectada por sanciones occidentales debido a la Guerra de Ucrania. La carrera espacial rusa no solo compite con Estados Unidos sino también con India, cuya nave Chandrayaan-3 también busca alunizar.
Poner una sonda en la Luna es extremadamente complicado, y los fallos son comunes en la exploración espacial.
Aunque Rusia confía en su capacidad de corrección, algunos científicos rusos expresan preocupación por la gestión inadecuada, la corrupción y la disminución de la calidad educativa en el ámbito científico, lo que plantea incertidumbres sobre el futuro de la carrera espacial rusa.
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