Un porcentaje importante de la población no tiene conexión a Internet, ya sea porque vive en sitios apartados o por falta de recursos económicos. Esto es conocido como la brecha digital y en México es muy grave.
Con el asunto de la pandemia y el confinamiento, de pronto parecía que todos estábamos conectados a Internet y el mundo seguía funcionando completamente en línea. Sin embargo, la realidad es muy distinta.
En México 8 de cada 10 personas son usuarias de Internet en las ciudades, pero en las zonas rurales solamente hay 5 usuarios por cada 10 personas, lo que habla de una brecha importante en cuanto a infraestructura de telecomunicaciones, educación y también recursos.
Es así que mientras el mundo cerró sus puertas por la pandemia y muchos empezamos a estudiar, trabajar y relacionarnos desde casa, otros simplemente quedaron aislados, sin acceso a las escuelas, a la información y todo el mundo de posibilidades que representa Internet.
Lo mismo sucede con la conexión desde las casas, en ese caso 65.5% de los hogares en ciudades está conectado a Internet, mientras sólo 23.4% de los hogares rurales lo está.
¿Dónde queda entonces la población que no está en línea?
En este momento y hablando de la nueva normalidad, cabe preguntarnos qué tanto hemos dejado de lado a toda esta población que no tiene acceso a la red y si es posible que las cosas sigan siendo así en un futuro cercano.
Si las escuelas, los bancos, los médicos y el entretenimiento ocurren todos en Internet, eso significa que hay un buen porcentaje de seres humanos quedando fuera de lo que sucede en el mundo y limitados en sus posibilidades de una mejor calidad de vida.
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