A veces los gadgets que nos presenta el mercado son demasiado atractivos como para decirles que no, sin embargo, también tienen precios cada vez más elevados y no siempre es posible pagarlos.
El famoso mercado gris se está convirtiendo en una opción para los amantes de los gadgets, ya que nos da acceso a la tecnología con aparatos que vienen de China, pero a precios un poco más accesibles.
Y todo suena bien, excepto porque muy pocos saben que hay consecuencias atrás de consumir estos aparatos que si bien no son ilegales, tampoco se adecúan a las leyes nacionales.
El mercado gris se refiere a la venta de gadgets, sobre todo teléfonos inteligentes, por canales no oficiales. Y sí, pueden ser originales, pero no los comercializa la marca oficial.
¿Qué riesgos implica comprar en el Mercado Gris?
La mayoría de esos aparatos vienen de China y no pasaron por revisiones antes de entra al país, por lo cual no están adecuados al ancho de banda del país, no cumplen con las normas de seguridad para operar aquí y en muchos casos tampoco es posible que funcionen con chips de este territorio.
Incluso puede suceder que el aparato en cuestión venga en otro idioma y no esté diseñado para funcionar en español, eso es un riesgo que se corre al comprar en el mercado gris. Y encima no hay garantía de la marca ni reclamos con el proveedor.
En países latinos importar gadgets a través del mercado gris es relativamente sencillo y encima las leyes no ponen peros a quienes los venden, así que esta modalidad de distribución se está haciendo cada vez más popular.
Algunas marcas de teléfonos celulares, como Oppo, Samsung y Motorola, buscan combatir al mercado gris de alguna forma, por lo que ya empezaron a bloquear teléfonos al detectar que no fueron distribuidos por sus canales oficiales.
Un punto importante es que el celular que estés usando siempre esté dentro de la Norma Oficial Mexicana (NOM), ya que eso garantiza tu seguridad y el correcto funcionamiento de tu aparato.
¿Recuerdas ese vídeo donde alguien murió porque le explotó el teléfono? Eso puede pasar cuando tu teléfono no está adecuado a las reglas de consumo energético y de calidad del país.
Y sí, suena a historia de terror, pero no vale la pena el riesgo por ahorrarte algunos pesos. Vale más pagar lo suficiente por un aparato que sirva, que tenga garantía y que cuente con las normas de seguridad para que nadie esté en peligro.
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