En este mundo en el que estamos conectados todo el tiempo, surge un grupo de personas que van en búsqueda de los teléfonos “tontos”, aquellos que usábamos en el pasado y no estaban conectados a Internet.
¿Te acuerdas cuando los celulares servían para mandar mensajes y llamar? Esto fue hace menos de 20 años, sin embargo, la llegada de los teléfonos inteligentes cambió el mundo para siempre.
Y ya pasamos de la fascinación por los teléfonos a un punto en que nos hemos cansado, muchos vivimos en un cansancio constante por estar conectados todo el tiempo y buscamos huir de eso de alguna manera.
Por eso están resurgiendo los teléfonos del pasado, los llamados “tontos” porque no servían para otra cosa que para lo mínimo, sin conexión a Internet, redes sociales o apps que solucionan la vida.
Las personas, sobre todo jóvenes y adultos jóvenes, están buscando esta clase de teléfonos para acabar con la ansiedad del mundo actual.
Y es que la hiperconexión nos hizo vivir en un mundo altamente ansioso, donde nos obligamos a estar siempre conectados a las redes, incluso en momentos en los que deberíamos estar viviendo, pero no podemos porque el teléfono nos atrapa.
El fenómeno tiene un nombre: nomofobia, o dicho de otra manera, cuando el móvil se convierte en una droga, en una fuente de placer. Ellos han decidido volver a los teléfonos 'tontos': “No me llama ni Cristo (…) ahora leo muchos más libros” https://t.co/ujh2bJ6Wyw
— EL PAÍS (@el_pais) October 11, 2023
Teléfonos “tontos” sirven para regresar a la vida real
Muchas personas que decidieron regresar a esta clase de celulares afirman sentirse mucho más enfocados en las cosas del día a día, el trabajo, la escuela, las relaciones reales con otros seres humanos, pero sin tener que postearlo todo en una red social.
Esto es lo que muchos conocen como “bienestar digital”, una manera en que los usuarios dejan de sentir ansiedad y viven un estado de paz constante porque no están conectados a un mundo que corre a 10 mil kilómetros por hora.
Incluso muchos padres eligen esta clase de teléfonos para sus hijos pequeños, pensando en que puedan comunicarse, pero sin los peligros que representa la conexión a Internet.
Además también hay que recordar que la seguridad es todo un tema, mientras más apps y herramientas usemos en un teléfono, nuestra información es más vulnerable.
En cambio un teléfono sin internet es la seguridad total, aunque no tenga apps para el banco, para pedir el súper o para ligar.
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