El uso de tecnologías para cometer actos ilícitos ha adquirido un protagonismo alarmante en los últimos años. Con casos tan sorprendentes como el hackeo a Rockstar Games utilizando una Fire Stick para filtrar contenido de GTA VI.
Sin embargo, un caso que llama la atención por su singularidad es el de Anthony Viggiano, un exanalista de Goldman Sachs, quien utilizó el chat de voz de una consola Xbox 360 para ejecutar un esquema de uso de información privilegiada que resultó en ganancias ilícitas por aproximadamente 8 millones de pesos.
Según un reportaje de The Verge, el joven de 27 años compartía datos financieros confidenciales con sus amigos Christopher Salamone y Stephen Forlano.
Estos utilizaban dicha información para realizar inversiones estratégicas, obteniendo ganancias de hasta 400,000 dólares. En lugar de valerse de canales tradicionales como llamadas o mensajes, el grupo recurrió al chat de voz de la Xbox 360, una plataforma que no deja registros fácilmente accesibles.
Aunque descubrirlo fue complicado, el FBI lo logró
Sin embargo, las autoridades del FBI lograron desmantelar el esquema al analizar mensajes en redes sociales y correos electrónicos que conectaban a los implicados. Esta investigación culminó con la condena de Viggiano a 28 meses de prisión.
El caso evidencia cómo los delincuentes adaptan tecnologías antiguas o poco convencionales para evitar rastros digitales. Si bien esta vez el FBI consiguió descubrir el esquema, plantea interrogantes sobre la capacidad de los organismos de seguridad para seguir el ritmo de estas innovaciones delictivas.
A medida que la tecnología avanza, también lo hacen las tácticas para evadir la vigilancia, pero este incidente demuestra que, tarde o temprano, incluso los métodos más ingeniosos pueden ser desentrañados. Ninguna plataforma es completamente segura ni inmune a la supervisión.
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