Microsoft ha cambiado su estrategia con Xbox, alejándose de la competencia por el hardware y enfocándose en la expansión de sus franquicias a otras plataformas como PlayStation 5 y Nintendo Switch.
La tradicional “guerra de consolas”, que marcó la industria desde los años 90 con Nintendo y Sega, y luego con PlayStation y Xbox, ha perdido relevancia. Microsoft ha optado por una visión más amplia donde su ecosistema de juegos no se limita a una sola consola, sino que se expande a servicios digitales y dispositivos diversos.
Game Pass, la apuesta de Microsoft
Una de las principales muestras de este cambio es la campaña “This is an Xbox”, con la cual Microsoft enfatiza que su plataforma va más allá del hardware. Con su servicio de suscripción Game Pass, los juegos de Xbox están disponibles en televisores inteligentes, dispositivos móviles, tabletas y computadoras, permitiendo que los usuarios jueguen sin necesidad de una consola.
La filosofía de Xbox se basa en la idea de que “todo el mundo es un potencial gamer“, con un enfoque en la accesibilidad y la expansión del contenido. Sin embargo, esta estrategia también ha tenido un impacto en las ventas de las consolas Xbox Series X/S, ya que muchos jugadores ahora pueden acceder a los juegos sin necesidad de adquirir el hardware.
Con esta decisión, Microsoft redefine el futuro de la industria, dejando atrás el modelo tradicional de exclusividad de consolas y apostando por el juego en la nube y la accesibilidad multiplataforma.
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